CRISTIADA

 

Narración épica de la Guerra Cristera (1926-1929), que fue detonada por el intento del gobierno mexicano de suprimir la libertad de culto. La película sigue la epopeya de gente ordinaria de todo el país que eligió defender su libertad. Todos ellos deberán decidir si están dispuestos a dar su vida por defenderla.

Los personajes clave

 

 

 

El personaje que interpreta Andy García es un ex miembro de la Revolución mexicana que durante la Guerra Cristera se puso al frente del contingente en Jalisco. Cuando el presidente Plutarco Elías Calles lanzó el siguiente discurso, se levantó en armas para defender lo que creía justo:

 

 

 

“Todo obispo, sacerdote y ministro extranjero será deportado inmediatamente. Se dictarán cinco años de prisión a cualquier sacerdote que critique al Gobierno y queda estrictamente prohibido utilizar vestimenta religiosa en público”, amenazaba Elías Calles.

 

 

 

Eduardo Verástegui interpretará al beato Anacleto González, laico y dirigente de la rebelión cristera y finalmente fusilado, conocido también como el Gandhi mexicano.

 

 

 

Cabe recordar que Eduardo Verástegui ha expresado su rechazo a involucrarse en ningún proyecto que vaya en contra de sus valores cristianos. Valores construidos desde la familia latina e inculcados por sus padres desde una óptica religiosa. Por ello, el actor opta por interpretar papeles que dignifiquen la persona y se opone a los que denigren a los latinos y a la mujer.

 

 

 

La Guerra Cristera

 

 

 

La Guerra Cristera, que duró oficialmente tres años -entre 1926 y 1929-, tuvo como lema "Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe". En ella participaron en su mayoría campesinos iletrados arengados por religiosos y terratenientes.

 

 

 

Murieron cerca de un cuarto de millón de personas en ambos lados, con batallas de gran crueldad y terminó sin una victoria clara de ningún bando.

 

 

 

La Constitución de 1910 fue mantenida, aunque el recorte de derechos contra la Iglesia se suavizó. Con la intermediación del embajador norteamericano, se llegó a un acuerdo de paz que muchos alzados consideraron una traición de parte de los dignatarios eclesiásticos locales.